El problema de las garantías reales —los intereses de seguridad— en la Ley contemporánea sobre los bienes hipotecarios y el compromiso es la información a los terceros, a través de un registro especial de hipotecas. De acuerdo con la legislación española, los bienes capaces de una identificación perfecta, como los establecimientos mercantiles, los automóviles y vehículos, los autocares y los tranvías, los aviones, la maquinaria industrial y la propiedad intelectual pueden acceder a este registro. Respecto de estos bienes, una hipoteca móvil es admisible, con los mismos efectos que la hipoteca común. En mayo de 2006, una Ordenanza del Gobierno francés modificó radicalmente el Código Napoleón con respecto a las garantías reales. Esta reforma francesa constituye la etapa de un proceso crítico en busca de una visión inspirada por el derecho alemán y el derecho común, que parece más moderno, pero que aún se ha seguido en varios países de América Latina.