Las relaciones laborales actuales deben adaptarse al creciente proceso de globalización económica sustentado sobre la base de un mercado mundial en el cual circulan libremente los capitales financieros, comerciales y productivos, generando una nueva división del trabajo a escala mundial cuyo fin último es poder maximizar ganancias y reducir costes utilizando salarios y mano de obra barata. La nueva economía globalizada afecta a todas las empresas, sean del tamaño que sean. La existencia de este modelo económico global ha sido posible gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones, que han facilitado el desarrollo del mercado a escala mundial. Esta nueva revolución tecnológica está provocando el creciente proceso de deslocalización laboral generando una nueva forma de entender las relaciones de trabajo dentro de la empresa moderna.