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La alta tasa de fracasos entre los nuevos negocios se suele atribuir a la incertidumbre fundamental del proceso. En realidad, dicen McGrath y Keil, las causas del decepcionante monto de valor que generan están en la forma defectuosa en que gestionan y evalúan los emprendimientos. En vez de utilizar el enfoque vamos/no-vamos, donde el proyecto es lanzado comercialmente o liquidado, los tomadores de decisiones deberían considerar muchas otras alternativas: reciclar el emprendimiento dirigiéndolo hacia otro mercado objetivo; escindirlo hacia otros propietarios o a un joint venture; integrarlo en una unidad de negocios establecida; o rescatar los elementos útiles como tecnologías, capacidades, conocimiento y patentes.
Las firmas que sobresalen en la captura de valor ¿los ¿capturadores de valor¿ cuyas prácticas y mentalidad explora este artículo¿ han creado procesos formales para extraer sistemáticamente lo que se pueda de los éxitos, fracasos y toda la gama intermedia. Saben que un emprendimiento debería ser tratado como un experimento científico, donde el aprendizaje juega un rol crucial. Están listos para aprovechar nuevas oportunidades si un emprendimiento se desvía de su curso original. Fomentan las redes para promover la cooperación y la colaboración entre los líderes de negocios establecidos y los equipos de emprendimiento, e involucran a las personas de toda la empresa en el proceso de evaluación de emprendimientos. No permiten que criterios financieros dominen las evaluaciones, y reconocen que la mejor gente para lanzar un negocio puede no ser la que desarrolló la idea. Si su capacidad de innovar se ha estancado, sus proyectos promisorios se ahogan porque no recuperan la inversión, o alguien más hizo un fabuloso negocio con una idea ligeramente distinta de la que usted abandonó, considere convertirse en un capturador de valor.
