Aunque el actual proceso de globalización ofrece oportunidades económicas, sociales y culturales, está ocasionando también inestabilidad y exclusión social, provocadas por el aumento de la pobreza extrema y las desigualdades. Para intentar reducirlas Naciones Unidas estableció los Objetivos del Milenio que son instrumentos de desarrollo aceptados a nivel mundial. Sin embargo, aunque existe una estructura para canalizar las ayudas al desarrollo necesarias para cumplir esos objetivos, falta la voluntad política necesaria para hacer realidad el compromiso.