La nueva ley reguladora de la Gestión de la Deuda Externa ha hecho de España un modelo en la forma de implementar políticas de gestión de la deuda comprometidas con el desarrollo. El nuevo texto afronta cuestiones de importancia fundamental, como la transparencia informativa y el compromiso de elaborar y presentar en el Congreso un plan de acción para renegociar y, en su caso, cancelar la deuda de los países altamente enduedados con origen en los seguros de crédito a la exportación así como la deuda FAD de dichos países.