Los últimos tres años han sido testigos de un cambio importante en la cooperación española para el desarrollo, tanto en su cantidad, como en su calidad. Los compromisos del nuevo Gobierno en materia de cooperación internacional y el esfuerzo realizado para alcanzarlos, han dado a la lucha contra la pobreza un impulso inusitado en este período. Y a pesar de que esta materia aún no ha conseguido ocupar el lugar que le corresponde dentro de las agendas políticas, ahora tiene una notoriedad que nunca antes había logrado.