Lo que les voy a describir es una revolución en la macroeconomía, una transformación en la metodología que ha cambiado la forma en la que realizamos nuestra ciencia. Antes de la transformación, la macroeconomía estaba en gran medida separada del resto de la economía. En efecto, algunos consideraban que el estudio de la macroeconomía era radicalmente diferente y pensaban que no existía la posibilidad de integrar la macroeconomía con el resto de la economía, esto es, con la economía neoclásica. Otros sostenían la idea de que con el paso del tiempo se desarrollarían los fundamentos neoclásicos de las relaciones macro determinadas empíricamente. Ninguno de estos puntos de vista resultó ser correcto. Finn Kydland y yo hemos tenido la suerte de formar parte de esta revolución, y mi discurso se centrará fuertemente en nuestro papel a la hora de promover esta transformación. Bien, todas las historias sobre transformaciones tienen tres partes esenciales: la época previa al cambio, el momento del cambio y el nuevo período que ha sido afectado por el cambio. Y esta es la historia que les voy a contar: cómo ha cambiado la investigación y la política macroeconómica como resultado de la transformación de la macroeconomía desde la construcción de sistemas de ecuaciones de las cuentas nacionales hasta la investigación de modelos económicos dinámicos y estocásticos.