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Carmen Palmar Bazarot
El ritmo de la sociedad actual, los nuevos estilos de vida, la degradación de valores y fenómenos sociales como el envejecimiento de la población o la incorporación de la mujer al mercado laboral son origen y causa de conflicto en el ámbito familiar. Esta conflictividad es germen de dificultades y problemas personales, familiares y sociales que requieren de la movilización de recursos de diversa índole para su resolución.
Tras una familia con conflictos convivenciales o relaciones familiares y sociales deterioradas, encontramos una importante ausencia de comunicación o que ésta se realiza con pautas inadecuadas. En este sentido, la intervención familiar desde los Servicios Sociales Comunitarios supone abordar estas dificultades de comunicación permitiendo a la familia la adquisición y ejercicio de pautas comunicacionales como herramientaas esenciales para un funcionamiento adecuado. Es, en este contexto, donde la Mediación Familiar se erige como método natural de resolución de conflictos que evita el litigio, satisface las necesidades de las partes y refuerza la cooperación, el consenso y las relaciones familiares, y por ende, sociales.
Desde este artículo se propone la necesidad de implantar programas o servicios de Mediación Familiar en el ámbito de los Servicios Sociales Comunitarios, como un nuevo campo de intervención y un recurso eficaz complementario de los mismos que va a posibilitar rentabilizar los recursos existentes y reducir la incidencia de determinadas problemáticas.
