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Ante la entrada en vigor de la Ley procede analizar tres aspectos que habrán de tenerse en cuenta al iniciar su puesta en práctica y ulterior desarrollo: el político, el técnico y el financiero. Aspecto político.- Uno de los obstáculos principales con que tropieza la concentración parcelaria es el individualismo de los agricultores. Dado el carácter de voluntariedad que informa la Ley, es preciso realizar una eficaz acción divulgadora. Aspecto técnico.- La implantación de la concentración parcelaria requiere la observancia de una serie de reglas de carácter técnico que conduzcan a los objetivos propuestos. Ello hace preciso la preparación de proyectos, estudios complejos, contrastes de criterios, modificaciones de situaciones jurídicas, etc. En todo caso, en la labor que realice el técnico debe predominar el elemento humano, dadas las características de los intereses que entran en juego. Aspecto financiero.- Las operaciones de concentración entrañan, en general, inversiones cuantiosas. Considerada como una empresa de utilidad pública, cuya finalidad es incrementar los recursos naturales del país, no puede extrañar que parte de los gastos que origine sean sufragados con cargo a los presupuestos del Estado. Este aspecto financiero habrá de estudiarse con gran cuidado en una futura Ley, con vistas a la posibilidad de arbitrar fórmulas indirectas que contribuyan, de forma menos gravosa para los fondos públicos, al logro de la más racional explotación del suelo.
