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Para el necesario estímulo del desarrollo económico y social de los países latinoamericanos se precisa un cambio radical de la actual composición de sus exportaciones, sustituyendo las actuales materias primas agrarias, bases de aquéllas, por productos elaborados. Ello requiere un considerable incremento de la industrialización de estos países. Y, a su vez, dada la mutua interdependencia del sector industrial y del agrario, una profunda reforma de este último. Para lograr tan amplios objetivos se considera que uno de los instrumentos más eficaces lo constituye el movimiento cooperativista bajo todas sus formas de constitución. Basado en esta fórmula cooperativa se propugna un esquema de creación de polos de desarrollo en zonas rurales, cuyos objetivos y estrategia de creación, en sus distintas fases, se resume en este trabajo, afirmándose que el mismo ofrece la ventaja de no requerir grandes inversiones y de que su desarrollo es flexible y permite ajustes en todo momento.
