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El desarrollo económico no es sólo un "más tener", sino también, un "más ser", y en ese sentido las planificaciones económicas nacionales han experimentado una profunda evolución. Por lo que se refiere concretamente a España, su III Plan de Desarrollo Económico y Social aspira a integrar la política regional en el marco de la programación global y sectorial, y ambas en un esquema más amplio de ordenación del territorio. En este III Plan que se comenta se establecen las definiciones de comarcas, cabecera comarcal y núcleo de expansión, que respectivamente serán las áreas subregionales caracterizadas por una máxima homogeneidad climática y agronómica, en la cual existe un lugar central que polariza la prestación de determinados servicios de rango superior al primario, mientras los núcleos de expansión, por su parte, prestarán en un entorno más pequeño servicios de orden más inferior. Así, se ha llegado a la definición de un conjunto de 1.514 núcleos, 447 cabeceras de comarcas y 1.067 localidades de expansión. Esta política de comercialización, que corresponde a las once regiones en que se ha estructurado el territorio nacional, precisan de una serie de servicios, a distintos niveles, que igualmente se detallan en este trabajo.
