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Antonio Herrero Alcón
Los acontecimientos surgidos en el panorama internacional en 1973-74 han tenido honda repercusión en la situación económica interna de los distintos países, que exigen un nuevo punto de partida para enfocar el futuro de la producción y comercialización de los productos agropecuarios. En España, la producción agraria ha de responder, asimismo, al reto que supone la escasez de cereales, azúcar, algodón, soja, etc., y los altos precios del mercado mundial, consecuencia de la escasez y las maniobras especulativas. Centrándonos en la distribución agraria, parece que es preciso disminuir el coste del proceso comercial agilizando el abastecimiento y constituyendo stoks de seguridad de los productos agrarios imprescindibles. Para conseguir esto, se proponen una serie de medidas políticas que podrían consistir en la ordenación integral de la comercialización en origen. Todas estas medidas pueden concretarse en dos grandes objetivos, que podrían ser: 1. Incrementar el protagonismo agrario en la comercialización e industrialización a través de un pujante movimiento asociativo, y 2. Incrementar la intervención del Estado en estos sectores.
