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En este trabajo se indaga sobre las causas que limitan el alcance de la política estructural, pudiéndose hablar de limitaciones, tanto desde el punto de vista de los recursos financieros movilizados respecto a la PAC en su conjunto y/u otros componentes de la misma, como desde el punto de vista de la capacidad de esta política para solucionar los problemas en función de los cuales ha sido diseñada. En el artículo se constata que, aún partiendo de una definición amplia del problema estructural y considerando la totalidad de las acciones del FEOGA -Orientación como de finalidad estructural -interpretación forzada-, los recursos globales destinados a esta política del 3% y un mínimo del 1% de los recursos totales del FEOGA. Además, estos recursos se distribuyen muy desigualmente entre los Países Miembros, resultando favorecidas las agriculturas más avanzadas, que corresponden a los países no mediterráneos de la CEE. El artículo termina con una exposición de los principales factores explicativos de esta situación y con la afirmación de que la nueva política estructural, surgida a partir de 1985, se presenta tan limitada como la anterior y por las mismas razones.
