Onora O¿Neill discute en este ensayo el constructivismo político de Rawls y lo compara de manera crítica con la visión constructivista de Kant. Sostiene que Rawls siempre buscó una forma kantiana de constructivismo y consideró su propio enfoque como kantiano y constructivista. Tras reseñar las etapas en que Rawls fue desarrollando su constructivismo kantiano (o sus constructivismos kantianos), en este ensayo se argumenta, a su vez, que el constructivismo de Rawls no es el de Kant. Así como la concepción de lo razonable está orientada en Kant al público en un sentido irrestricto, es decir, al mundo, el público de Rawls, advierte la autora, se circunscribe a los conciudadanos de una sociedad democrática delimitada. Y así como al escribir Liberalismo Político Rawls identifica lo razonable con la razón pública de los conciudadanos de una sociedad democrática determinada, Kant se proponía en cambio establecer un concepto de razonabilidad o razón práctica (al que también llama razón pública) capaz de abarcar cualquier pluralidad de seres interactuantes. Y esta diferencia, a juicio de la autora, es la que deja espacio a Kant ¿no así a Rawls¿ para llevar a cabo una interpretación profundamente constructivista no sólo de la justicia y, de manera más extensa, de la ética, sino, todavía mucho más radicalmente, de la razón práctica.