La autora de este artículo pretende ofrecer algunas reflexiones sobre el modo en que el poder se trasmite, se reproduce y se legitima a través del discurso, mostrando así el carácter discursivo de la opinión pública: nos nutrimos de los discursos públicos para configurar nuestras opciones ideológicas. Por ello, la posibilidad de acceder a un discurso público implica, hoy por hoy, la expresión de una determinada subjetividad dentro de este espacio común. Las siguientes páginas argumentan la importancia de acceder a él, especialmente en los grupos que manejan discursos no dominantes, por ser un proceso necesario para poder resistir a las ideas hegemónicas en la creación del consenso social.