El artículo presenta un análisis crítico respecto de la lógica de los discursos que consideran la especificidad de la gestión social, asociada a fines o objetivos determinados tales como el bienestar, la equidad y el desarrollo humano, a una particular población objeto o a una funcionalidad sistémica característica - tal como la compensación por los daños generados por las políticas de ajuste o el objetivo de atenuar las crisis de legitimidad-.
Intentando ampliar el debate que aún centra su atención en los aspectos intrínsecos de las políticas sociales o cuanto más, de su interrelación con las políticas económicas, propone adoptar una perspectiva sectorial para su definición, resaltando la naturaleza integral de las políticas públicas. Desde esta perspectiva, la especificidad de las políticas estaría dada por su particular campo de acción , delimitado arbitrariamente por el observador más que por su exclusiva naturaleza.