Los autores parten de analizar el rol de los movimientos sociales en el surgimiento de la democracia en Costa Rica en los años 30 y 40, luego analizan el proceso de la cooptación de los movimientos sociales por el Estado democrático y la consiguiente pérdida de vitalidad y autonomía de aquellos. Finalmente plantean el problema de que si bien esto no ha debilitado la confianza en las instituciones democráticas si ha debilitado el contenido social de la democracia.