España se encuentra a la cola de la Europa social. Tanto si se mide en gasto público social como porcentaje del PIB, como gasto por habitante, España es el país que tiene el gasto público social más bajo de la Unión Europea de los Quince. Esto se debe a razones de retraso histórico y a una falta de voluntad política para seguir desarrollando el Estado del Bienestar a partir de 1993.