Una mirada retrospectiva a nuestra práctica docente permite encontrarnos con el interrogante ¿nuestras clases pueden ser diferentes a las que recibimos? ¿Existe alguna alternativa al modelo en el que fuimos formados? Cuando se plantean cambios pedagógicos y curriculares, el modelo continúa centrado en la transmisión de información, siendo la principal preocupación de los docentes y directivos la distribución de tiempos y espacios: labor docente, horarios y cobertura de programas son las variables predominantes en las propuestas curriculares. ¿En dónde quedan y de qué manera se hacen visibles los objetivos trazados para la educación media expuestos en la Ley General de Educación: ¿La incorporación de la investigación al proceso cognoscitivo, tanto de laboratorio como de la realidad nacional, en sus aspectos natural, económico, político y social¿; o, ¿La vinculación a programas de desarrollo y organización social y comunitaria, orientados a dar solución a los problemas sociales y del entorno¿, (Ley 115 de 1994. Art.30) entre otros, y que el ICFES a pesar de sus esfuerzos aún no mide?. A lo largo de este artículo se analizará la siguiente pregunta: ¿Es posible a través del planteamiento de problemas contextualizados identificar los elementos relevantes para la construcción de una propuesta curricular en Educación Media desde el enfoque CTS+I que promueva la formación para la participación social?.