Rodrigo Fresán
Clásicos vivos de la literatura hay muchos, pero pocos de ellos gozan del poder virósico y de contagio que tiene "Don Quijote de La Mancha". Novela a la vez fundante y clausuradora, entrada y salida de prácticamente todo lo que vino después, la gran obra de Cervantes ¿con un pie en los vetustos libros de caballería y otro en las playas del posmodernismo más experimental¿ no ha dejado de cabalgar durante cuatrocientos años. Pocas veces ha sido más lúcida e inteligente y sabia la historia de un hombre supuestamente loco. En las páginas que siguen, Rodrigo Fresán ¿agradecido y contaminado¿ recorre la ruta del cada vez más feliz caballero de la triste figura y examina los síntomas de una enfermedad para la que, afortunadamente, no hay ni jamás habrá cura alguna.