La tecnología está permitiendo el aumento de la producción, la mejora de los procesos de comercialización y distribución, el incremento y mantenimiento de la competitividad y, aunque al principio haya supuesto la destrucción de puestos de trabajo, a medio plazo está creando nuevos oficios y ocupaciones, y está contribuyendo al aumento de la calidad de vida de los ciudadanos y de las comunidades en las que ellos residen. La sociedad tecnológica demanda un nuevo tipo de trabajador, valorándose muy positivamente sus actitudes y habilidades, y aquellas cualidades personales que le permitan y faciliten la adaptación a los cambios que se están produciendo en el contexto económico, social y empresarial