Hoy día, el ruido constituye uno de los mayores contaminantes de los países desarrollados. Una exposición continuada del trabajador puede suponer la pérdida de la capacidad auditiva, además de estrés biológico o el incremento en el riesgo de padecer accidentes laborales. A mediados del pasado mes de marzo se aprobó un nuevo Real Decreto 286/2006, en transposición de la Directiva Europea 2003/10/CE, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al ruido. Además de reducir los niveles de exposición, la nueva normativa obliga al uso de protecciones auditivas cuando diariamente se superan los 85 dBA o con un nivel de pico de 137 dBA, así como a una evaluación y medición anual.