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Los ejecutivos en mercados inestables son como pilotos que corren por una pista desconocida en medio de la neblina. Tienen una visibilidad limitada del futuro y necesitan reaccionar con rapidez ante los cambios de un entorno en constante transformación. Algunos choques pueden sacar a la empresa de una sola estocada de la pista: son los impactos que provocan la muerte súbita. Pero existen maneras de responder rápida y efi cazmente a estas amenazas. Un estudio entre empresas brasileñas muestra que un grupo de ellas no sólo fue capaz de sobrevivir a ese tipo de choques durante la turbulenta década del 90, sino que fue capaz de prosperar.
Empresas como Itaú, Votorantim, Pão de Açúcar y Embraer lograron exitosos cambios de rumbo. ¿Cómo lo hicieron? Todas supieron implementar lo que los autores llaman triage. Proveniente del campo de la medicina, es un sistema de evaluación que describe cuán urgente es ejecutar una determinada acción para asegurar la supervivencia. Ese análisis ayuda a escoger las medidas que deben ser adoptadas de inmediato para frenar los daños a la empresa, antes de que sea demasiado tarde.
Un triage bien ejecutado contempla, entre otras, las siguientes medidas: crear una conciencia de crisis para que los empleados se den cuenta de la necesidad de actuar con urgencia; cambios en la alta dirección contratando a ejecutivos libres de compromisos antiguos; escoger con rapidez los recursos que deben permanecer en la empresa por ser vitales e identifi car los que deben ser sacrifi cados; concentrar las decisiones en la cúpula de la organización; consolidar el proceso de asignación de recursos; y reducir el personal de una vez para no alargar la incertidumbre laboral.
No son esfuerzos simples, pero las empresas que aplicaron el triage de manera efectiva salieron airosas y más prósperas de sus crisis. Pero una advertencia: los resultados sólo se sustentan para las empresas que nunca bajan la guardia.
