Hamas ganó las elecciones palestinas en unos comicios limpios, transparentes y plenamente democráticos. Una lección de democracia en el mundo árabe que, sin embargo, ha sentado mal en Occidente. La victoria electoral de Hamas constituye una muestra más del ascenso de los partidos y movimientos islamistas en Oriente Próximo, cuya explicación está, entre otras razones, en la catastrófica política desarrollada por la Administración Bush en la zona.