El artículo analiza la historia de una de las conmemoraciones más antiguas de la Cataluña contemporánea, la de los sitios de Gerona entre 1808 y 1809 por las tropas napoleónicas. Este culto, pronto identificado a la figura del general Álvarez de Castro, se desarrolló en las primeras décadas del siglo XIX para desaparecer luego hasta los años 1840. A partir de la mitad de siglo, la memoria de la Guerra de la Independencia se amplificó por varias vías: historiografía, poesía, teatro, literatura. Entre 1880 y 1894, los Héroes de 1809 ocuparon toda la escena conmemorativa local. Sin embargo, el centenario marcó un semi fracaso por el contexto desfavorable de la afirmación del catalanismo. En efecto, desde el final del siglo XIX, el culto fue pretexto para que se expresara una ideología españolista, neocatólica y militarista, que tuvo su apogeo con las dictaduras del siglo XX. No es de sorprender que la memoria de los sitios decayera con la transición democrática. A través de las peripecias de la memoria, se puede estudiar el arraigo del españolismo en Cataluña, en una versión local bien articulada al relato nacionalista de la nación