La Alianza de Civilizaciones implica el reconocimiento recíproco del valor del otro en cuanto tal y se sitúa lejos del tradicional etnocentrismo europeo occidental. Para que esta propuesta prospere, es necesario que todas las partes participen de la filosofía de que el respeto mutuo y la tolerancia positiva han de ser su eje vertebral. En este sentido, la aportación del laicismo en pro de la libertad religiosa y la libertad de conciencia, incorporadas a los Derechos Humanos, es un punto de encuentro donde se reconcilian las distintas creencias, así como las creencias con las increencias.