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El camino de la paz se ha construido, a lo largo de la historia, preparándose para la guerra. Esta incongruencia, fruto de la mente militarista de un guerrero romano que dedicó su vida a construir un Imperio, ha gobernado la mentalidad de muchos. Es necesario salir de la incongruencia y cultivar la paz desde la cultura, la integración, el desarrollo de los pueblos y la cooperación. Este propósito se puede lograr concertando iniciativas "materialistas" e "idealistas", pero no alentando nuevas violencias militaristas.
