La Unión Europea está teniendo un crecimiento económico menor que Estados Unidos. Este crecimiento moderado influye de manera negativa en el desempleo, que permanece en torno al nueve por ciento de media, por encima del nivel medio de los países de la OCDE. La Unión necesita disponer de un nuevo esquema de gobierno económico que prime la armonización fiscal y presupuestaria, al tiempo que se refuerza el presupuesto comunitario para favorecer el crecimiento y el empleo.