Una vez encajado dentro del ordenamiento jurídico el correcto posicionamiento de la iniciativa privada al frente de los servicios de prevención y el de las mutuas bajo las nuevas formas, el verdadero fruto del esfuerzo realizado vendrá de la mano de la complementariedad de ambas. Sólo así será posible que la actual intensidad de la carga reparadora del empresario se vaya debilitando en favor de un robustecimiento de su acción preventiva que beneficie al perceptor más importante de la seguridad y la salud: el trabajador.