El modelo político de la izquierda para la Unión Europea es el mantenimiento de la Europa social, que es incompatible con las políticas neoliberales que gobiernan la globalización. La izquierda tiene que tener claro que la política tiene que fijar reglas y poner límites al mercado y nunca al revés. Para ello es necesario que los ciudadanos se impliquen más en el proceso europeo, organizados en espacios democráticos donde se abra un auténtico proceso constituyente europeo.