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La Constitución Europea representa un paso adelante. Pero, para seguir construyendo Europa, hay que continuar su proceso de ratificación con un calendario flexible y un límite de tiempo más amplio, que permita un debate activo con la ciudadanía. El Parlamento Europeo debe ser el impulsor del debate ciudadano, liderando el período de reflexión que se ha abierto tras los referendos negativos de Holanda y Francia.
