En este artículo se hace una revisión de una línea de investigación, como es la de la economía de la cultura, cuyo planteamiento hubiera causado cierta perplejidad hace unos años y que, en la actualidad, está adquiriendo una relevancia cada vez mayor. Esta relevancia no sólo afecta al mundo académico, donde cada vez son más las publicaciones especializadas en este campo, sino también a la propia realidad económica. Así, en el ámbito de las instituciones internacionales o en el propio mundo empresarial, especialmente entre las multinacionales, el concepto de cultura es un concepto de importancia creciente, a lo que también contribuye el propio desarrollo económico y la consolidación de una auténtica sociedad del ocio.