El estudio se centra en el análisis de dos modalidades de propiedad de la tierra que estuvieron presentes en Mérida el siglo XIX. Se plantea el proceso por el cual, en nombre de los postulados liberales, se legisló la liquidación de la propiedad comunal indígena, mediante el reparto de sus resguardos, mientras por otra parte, se consolida y fundamenta jurídicamente la propiedad o posesión comunera, con limitaciones en cuanto a su perdurabilidad. Se estudia comparativamente las características y comportamiento de ambas modalidades de tenencia, con la constante manifestación del dilema individuo y comunidad, que propugnaba la eliminación de la propiedad colectiva, característica relevante de la política agraria del siglo XIX.