Muchos países en desarrollo han llevado a cabo reformas del Estado que, si bien han beneficiado a las sociedades, también pueden conducir a la ineficiencia gubernamental. En este trabajo se sostiene que estas reformas se han concentrado en limitar el poder estatal, sin preocuparse por afianzar los mecanismos que permiten sumar y aplicar dicho poder a fin de suministrar los bienes públicos que las sociedades demandan. El autor propone desarrollar una ¿ingeniería estatal¿ para construir edificios estatales basados en una ¿democracia funcional¿, que equilibre la división del poder público con la unión o suma del mismo, y haga posible la emergencia de una democracia perdurable y un desarrollo sostenido. En ese sentido, formula dos propuestas para visualizar mejor las reformas: un ¿enfoque de justo medio¿ y un ¿enfoque contingente¿.