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La vida da mucho de sí. O al menos era lo que decía José Ortiz Echagüe. Y en su caso es cierto. Este español, nacido a finales del siglo XIX y, por tanto, con todos los "defectos y virtudes" de la generación del "98", dedicó nada menos que setenta y cinco años de su vida a "ese arte seductor" que era para él la fotografía. Fue pionero de la aviación cuando volar se consideraba aún una excentricidad, puso en marcha una empresa aeronáutica y dirigió otra dedicada a la fabricación de automóviles en serie, editó sus propios libros, escribió para otros y aún le sobraba tiempo para realizar miles de fotografías con una técnica artesanal y sorprendente; imágenes que ganaran cientos de premios en concursos y el reconocimiento de las más importantes sociedades fotográficas del mundo.
Life is long enough to do many things. This what was José Ortíz-Echagüe used to say. And, as far as he is concerned, it is true. This Spanish man, born at the end of the nineteennth century, with the "faults and virtues" fo the ¿98 generation, spent seventy five years in his life taking pictures which was a "charming atractive art" for him. He was one of the first pilots when flying was eccentricity and he was the director of a car mass production company. He also printed his own books, he wrote for magazines and he had time enough to take thousnads of photographs with such and amazing and handcrafted method that won many prizes and got the acknowledgement of the most important photographic societies all over the world.
