Hemos entrado en el siglo XXI con la preocupación heredada de nuestras ciudades como entornos donde se desarrollan nuestras actividades sociales: relaciones laborales, familiares, de ocio. Los cambios que se están desarrollando a nivel urbanístico han influido en los cambios sociales de nuestro comportamiento urbano. La ecología urbana y el urbanismo son temas candentes que van unidos en los planteamientos de las políticas urbanísticas. Nuestros hábitos diarios están delimitados por la estructura del entorno urbano en el que vivimos. ¿Nuestras viviendas retuerzan nuestras relaciones sociales o son nuestras relaciones sociales las que van conformando el tipo nuestras viviendas?. Las ciudades no son los ladrillos que componen las casas, son el conjunto de hombres y mujeres que forman ese tejido social, sus interacciones, es la cultura urbana la que unifica unas señas identificadoras dentro de un entorno espacio definido. La constante preocupación del desarrollo sostenible y una planificación urbanística que prevea las necesidades futuras de nuestras ciudades, hacen que las políticas locales respecto al urbanismo y ordenación territorial hayan incrementado su presencia y su importancia en la vida del urbanita. Los cambios conceptuales de la ciudad a lo largo de la historia han reflejado paralelamente los cambios sociales derivados de su propio desarrollo.