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A lo largo del siglo XVI el convento de Santa Clara de Jaén sufrió una total transformación de su antigua fábrica bajomedieval. Las dos piezas claves del nuevo conjunto arquitectónico se centran en la iglesia y el claustro. El templo fue concertado con el maestro Juan Rodríguez Requena en 1539 con arreglo a la estética gótico-mudéjar; el sotocoro -renacentista- fue labrado en 1575 por Salvador de Madrigal y Francisco de Quesada. Las obras del claustro, ejecutadas en dos de sus pandas por los maestros canteros Miguel Sánchez, Jerónimo Hurtado y Cristóbal del Castillo entre los años 1574 y 1576, fueron dirigidas por el afamado e italianizado arquitecto Francisco del Castillo "el Mozo", que además dictó las condiciones e insertó en ellas las trazas referentes a los cornisamientos. El claustro, de bella factura y perfección estereotómica, está conformado por cuatro pandas de dobles galerías, articuladas con arquerías de medio punto apeadas en columnas dóricas en el piso bajo y jónicas en el alto. En la actualidad el claustro presenta un espléndido aspecto tras las obras realizadas entre los años 1971-1977 por el arquitecto Luis Berges Roldán.
