Los inicios del coleccionismo artístico en España han de situarse en el siglo XVI. La llegada del Renacimiento trajo un modelo de relación con la obra de arte que superaba el atesoramiento medieval. La extensión de este fenómeno se produjo de forma escalonada y gradual, a partir de la corte, los núcleos de humanistas y la gran nobleza. Con el ejemplo de los condes de Santisteban, y a través de una serie de inventarios de bienes inéditos que ahora se publican, intentamos trazar el desarrollo de esta tendencia en un entorno provinciano en el que los intereses son distintos. Un entorno menos adelantado, pero igualmente interesante desde el punto de vista histórico.