El Tratado por el que se establece una Constitución para la Unión Europea significa una ruptura con el constitucionalismo social predominante después de la II Guerra Mundial y con la vigente Constitución Española. La línea maestra que configura el núcleo duro del texto constitucional europeo establece una supeditación de la democracia al mercado y se constitucionalizan las políticas neoliberales.