María del Carmen Díaz Roldán
En este trabajo se examina la manera en que los países miembros de una unión monetaria responden a las perturbaciones específicas y a las que proceden del resto del mundo, cuando el déficit público es el único instrumento de política. Desarrollamos un modelo de tres países que muestran preferencias distintas respecto a sus objetivos y sufren perturbaciones asimétricas. Dos de los países forman una unión monetaria, donde un banco central independiente controla la política monetaria y la política fiscal es determinada a nivel nacional. En este contexto, analizamos el modo en que las autoridades pueden hacer frente a perturbaciones reales, monetarias y de oferta agregada. Finalmente, discutimos los aspectos de bienestar de la solución óptima y en qué medida una política fiscal común puede ejercer influencia sobre la estructura y evolución de la unión monetaria.