Alejandro Nieto García (1.976),(*) describió con maestría cómo el Rey Federico I de Prusia otorgaba a sus funcionarios «de facto, un trato terrorista»: «El rigor castrense con el que son tratados los funcionarios, corresponde a la altanera mentalidad del monarca, para quien todos sus servidores son poco menos que inútiles y, por descontado, vagos, ladrones, a quienes, aparte de sujetar a la jurisdicción militar, arremete con frecuencia de obra y de palabra. Y, al final de su vida, recomienda a su sucesor que cuando comience a reinar, decrete una rebaja general de sueldos para demostrar claramente a sus funcionarios la estrecha dependencia que con él los liga».