Jason Hickel
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tienen dos caras que parecen estar en riesgo de contradicción. Una exige que la humanidad alcance la armonía con la naturaleza y proteja el planeta de la degradación, con metas específicas establecidas en los Objetivos 6, 12, 13, 14 y 15. La otra exige un crecimiento económico mundial continuo equivalente al 3% anual, como se describe en el Objetivo 8, como método para alcanzar los objetivos de desarrollo humano. Los ODS presuponen que las mejoras en la eficiencia serán suficientes para reconciliar la tensión entre el crecimiento y la sostenibilidad ecológica. Este documento se basa en datos empíricos para comprobar si esta suposición es válida, prestando especial atención a dos indicadores ecológicos clave: el uso de recursos y las emisiones de CO2. Los resultados muestran que un crecimiento mundial del 3% anual hace empíricamente inviable lograr (a) cualquier reducción en el uso agregado de recursos globales y (b) reducciones en las emisiones de CO2 lo suficientemente rápidas como para mantenerse dentro del presupuesto de carbono para 2°C. En otras palabras, el Objetivo 8 atenta contra los objetivos de sostenibilidad de los ODS. El documento propone cambios específicos en las metas de los ODS para resolver este problema, como la eliminación del requisito del crecimiento global agregado y la introducción de objetivos cuantificados para el uso de recursos per cápita, con reducciones sustanciales en los países de altos ingresos. Reducir el uso de recursos es también la forma más viable de alcanzar el objetivo climático, ya que reduce la demanda energética. El documento presenta vías alternativas para alcanzar los objetivos de desarrollo humano que se basan en la reducción de la desigualdad, tanto dentro de las naciones como entre ellas, en lugar del crecimiento agregado.