Lionel Lewkow
Uno de los hilos conductores de los diagnósticos de la modernidad que propuso la sociología es la tendencia creciente a la racionalización. Muchas veces, como un fenómeno marginal, la singularidad constituye un punto de fuga en el horizonte de la erosión de los aspectos cualitativos de la vida humana. El objetivo de este artículo es enfocar este tópico a través del lente de Georg Simmel. De tal modo, propongo que el sociólogo no solo teorizó la singularidad personal, i. e., la individualidad humana, como sugiere una interpretación tradicional de su obra. También enfocó la singularidad de los grupos pequeños, y de ciertas formas del tiempo –es el caso de la aventura– y el espacio –es el caso de Roma–. A su vez, Simmel reflexionó sobre el amor, como vínculo social excepcional, que rompe con el anonimato. Esta perspectiva se completa con su punto de vista sobre la obra de arte.
One of the guiding threads of the diagnosis of modernity that sociology outlines is the increasing tendency to rationalization. Many times, as a marginal phenomenon, singularity constitutes a vanishing point in the horizon of the erosion of the qualitative aspects of human life. The aim of this article is to focus on this topic through the lens of Georg Simmel. Thus, I propose that the author not only theorized the personal singularity, i. e., the human individuality, which is a perspective suggested by a traditional interpretation of his work. He also focused on the singularity of small groups, and of certain forms of time –the case of the adventure– and space –the case of the city of Rome–. Besides, Simmel reflected on love as an exceptional social link that breaks anonymity. This perspective is completed by his point of view of the work of art.