Los efectos de una denuncia y una apertura de una investigación por razones o no espurias son demoledores sobre el denunciado. Es un sacrificio imprescindible en nuestro sistema jurídico que debe soportar, que no contradice su presunción de inocencia. Pero, aun finalizando en archivo, su estabilidad emocional, profesional y económica se verá devastada. Causando, sin haber recaído condena, unos daños irreversibles y un desequilibrio y unos efectos que conviene llevar a reflexión, al enfrentar al denunciado el actual sistema a su situación en soledad. Más aun en un contexto social y jurídico como el presente que incentiva y aplaude la presentación de denuncias.