Este momento de cambio, con la implantación del modelo NUMO, con la LO 1/2025, es el momento propicio para que las dinámicas organizacionales cambien, e identifiquen lo que es necesario y tiene verdadero valor y sentido hacer en nuestra administración de justicia. Facilitar recursos, formación y materiales a los Secretarios de Gobierno y Coordinadores y a los nuevos Letrados de Administración de Justicia, Directores, Jefes de Área y Adjuntos, será una labor imprescindible para gestionar y estructurar con éxito sus respectivas organizaciones. Necesitamos reglas simples en un mundo cada vez más complejo. Una complejidad que está frenando el avance de nuestra organización, bloqueando la eficiencia y la mejora de la calidad de la justicia. Sin embargo, muchos responsables no se atreven a simplificar porque no saben cómo hacerlo, no porque no quieran. A pesar de toda la literatura existente sobre el tema, los líderes carecen de una guía coherente y de los materiales operativos necesarios que permitan introducir la simplicidad en su forma de trabajar y en la cultura organizacional. Asimismo, al principio, la digitalización alimenta la complejidad, añade más capas de dificultad a las interacciones. Una organización que simplifica, puede cambiar su curso y dirigir sus recursos a los resultados. La simplicidad implica redefinir los parámetros a su esencia, y hacer con carácter prioritario, aquellas tareas que valen. La complejidad hoy en día está acabando con la habilidad de innovar, de manera que la simplicidad se convierte en una ventaja competitiva en nuestra época. Si aprendemos a eliminar redundancias, comunicar con claridad y hacer de la simplicidad un hábito, las personas y las organizaciones pueden identificar las actividades que consumen tiempo sin generar eficiencia y mejora. Pero la realidad es que se ha creado un «ecosistema» en el que nadie asume responsabilidades, todos tramitan, y la transparencia se ahoga en formularios. Es una máquina que se mueve sin avanzar…