Ania Granjo Ortiz
Las empresas familiares, sin duda, siguen ocupando el protagonismo en positivo y en negativo. En positivo porque son grandes generadoras de empleo en todos los sectores de las sociedades, tanto municipales, regionales, estatales, europeas e internacionales; aportan grandes beneficios y sus legados familiares repletos de valores y tradiciones constituyen un activo esencial digno de conservarse puesto que conforman parte de los signos de identidad, no sólo de la familia o familias propietaria/s, sino del país en cuestión en el que nacen. En negativo, debido el alto índice de mortandad de las mismas por múltiples de razones, entre ellas, su continuidad por falta de relevo generacional. Este trabajo aborda razones de los jóvenes para continuar con el legado, así como los argumentos por los que les disuade a seguir al frente de los negocios familiares.