Cuando Call of Duty LATAM anunció el regreso de Verdansk, uno de los mapas más icónicos de Warzone, no se limitó a una campaña digital tradicional. Buscaba algo más grande: convertir ese momento en un fenómeno cultural que conectara tanto con los jugadores como con el público general, invitándonos a un viaje nostálgico al pasado. El desafío era ambicioso, despertar emociones auténticas, generar conversación orgánica y posicionar a Verdansk no solo como un escenario de juego, sino como un símbolo compartido por toda la comunidad gamer y más allá.