Isabel Zapata Alegría
La planificación urbana se entiende como un proceso político que orienta el desarrollo urbano hacia la realización del bien público. A partir de la interacción entre la teoría y la práctica de la planificación, este estudio identifica cinco paradigmas sucesivos que han moldeado la planificación urbana en Chile: funcionalista, neoliberal, reformista, estratégico y orientado a la sostenibilidad. Estos paradigmas corresponden a racionalidades de planificación distintas que han emergido desde la instauración del derecho urbano integrado en Chile hasta la actualidad. En conjunto, ofrecen un marco para analizar la evolución de las prácticas de planificación urbana en relación con las reformas legislativas, los marcos regulatorios, las políticas de desarrollo y los instrumentos de planificación. En las últimas tres décadas, la práctica de la planificación se ha caracterizado por la coexistencia y superposición de estos paradigmas dentro de un entorno regulatorio marcado por la apertura, un alcance normativo limitado y un fuerte énfasis en los derechos de propiedad. La dicotomía inicial entre un enfoque funcionalista —fundado en la búsqueda del bien común— y un giro neoliberal orientado a la desregulación ha dado paso, de manera gradual, a un paisaje de planificación más complejo e híbrido.
Urban planning is understood as a political process that steers urban develop-ment toward the pursuit of the public good. Drawing on the interplay between planning theory and practice, this study identifies five successive paradigms shaping Chilean urban planning: functionalist, neoliberal, reformist, strategic, and sustainability-oriented. These paradigms correspond to distinct planning rationalities that have emerged since the estab-lishment of integrated urban law in Chile to the present. Together, they offer a framework for analyzing the evolution of urban planning practices in relation to legislative reforms, regulatory frameworks, development policies, and planning instruments. Over the past three decades, planning practice has been characterized by the coexistence and overlapping of these paradigms within a regulatory environment marked by permissiveness, limited normative scope, and a strong emphasis on property rights. The earlier dichotomy between a function-alist approach–grounded in the pursuit of the common good–and a neoliberal turn toward deregulation has gradually given way to a more complex and hybrid planning landscape