Lady Junek Vargas León, Alma Adriana Lara Ramírez, Amarela Varela Huerta
En este trabajo se aborda la pregunta sobre cómo el CBP One funcionó como dispositivo tecnohumanitario en México. A través de tres casos de estudio en la Ciudad de México, Matamoros y Tapachula se dilucidan los roles de los actores gubernamentales, internacionales y locales. En este proceso se establece la temporalidad desde la implementación del programa CBP One como forma de gestionar la migración irregularizada en enero de 2023 hasta su fin abrupto a inicios de 2025. La estrategia teórico-metodológica se sustenta desde una perspectiva latinoamericana de la biopolítica de Michel Foucault para analizar las migraciones contemporáneas. Esta estrategia es puesta a prueba frente a la realidad concreta, a través del diálogo de tres postales etnográficas: la Ciudad de México, Tamaulipas y Tapachula. Estos retratos etnográficos se basan en observación participante y escucha radical en estos confines migratorios, donde se habita como académicas y defensoras de personas migrantes. Es a partir de habitar, documentar, analizar y entablar diálogo entre las estampas etnográficas mencionadas que se construyen pistas para comprender el tecnohumanitarismo que operó como dispositivo de control en esa coyuntura.
This paper addresses how CBP One functioned as a techno-humanitarian device in Mexico. Three case studies are used to answer this question in Mexico City, Matamoros, and Tapachula, where the roles of governmental, international, and local actors were elucidated. The temporal scope is defined by the implementation of the CBP One program in January 2023, intended to manage irregular migration, until its abrupt termination in early 2025. The theoreticalmethodological approach is based on Michel Foucault’s Latin American perspective of biopolitics to analyze contemporary migration. This strategy is tested against concrete reality through dialogue with three ethnographic vignettes of borderlands in Mexico City, Tamaulipas and Tapachula. These ethnographic portraits are based on participant observation and radical listening in these migratory contexts, through personal experience and work as academics and advocates for migrants. Through inhabiting, documenting, analysing, and establishing a dialogue between the aforementioned ethnographic landscapes, insights into the techno-humanitarianism that operated as a control mechanism at that juncture were discerned.