Este artículo examina la gran estrategia británica bajo el nuevo laborismo de Tony Blair, enfocándose en la identidad de Gran Bretaña como «poder axial» y su papel de puente entre Estados Unidos y Europa. Bajo el marco ideológico del constructivismo y del intervencionismo liberal, Blair fusionaba los valores y los intereses en una mezcla intelectual muy atractiva. Con esta aproximación ética, donde la seguridad posmoderna planteaba como objetivo final la protección de los derechos humanos, se iniciaron las intervenciones en Kosovo y Sierra Leona. Sin embargo, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre, el apoyo británico a la invasión de Irak en 2003 reflejó un giro hacia la realpolitik. Este episodio, que ha sido ampliamente criticado, presenta paralelismos con la época actual, donde decisiones históricas, como el Brexit y su posterior desarrollo, no parecen atender a consideraciones verdaderamente propias de una debida reflexión estratégica.
This article examines British grand strategy under Tony Blair’s New Labour, focusing on Britain’s identity as an “pivotal power” and its role as a bridge between the United States and Europe. Within the ideological framework of constructivism and liberal interventionism, Blair merged values and interests in a highly attractive intellectual mix. It was with this ethical approach, where post-modern security pointed to human rights protection as the ultimate goal, that the interventions in Kosovo and Sierra Leone began. However, in the aftermath of the 9/11 terrorist attacks, British support for the 2003 invasion of Iraq reflected a shift towards realpolitik. This episode, which has been widely criticised, has parallels with the current era, where historic decisions, such as Brexit and its subsequent development, do not seem to be based on truly strategic considerations.